Anna K. by Jenny Lee

autor:Jenny Lee
La lengua: spa
Format: epub
editor: Planeta México
publicado: 2021-02-19T16:39:16+00:00

Mientras Anna se estacionaba en la majestuosa bahía para vehículos frente a su casa, el estómago se le hizo un nudo al ver el Mini Cooper personalizado de Eleanor, de color azul pólvora, tapando la vista del jardín. Escarbó en su cerebro preguntándose si había olvidado que tuvieran planeado verla. Debía aceptar que llevaba varios días distraída, así que era posible que se le hubiera escapado algo. Revisó el calendario de su iPhone y sintió un enorme alivio al no encontrar nada. Desde que se perdió la reunión para tomar el té de Eleanor después de su noche en el 1 OAK, Anna no había visto mucho a la media hermana de su novio. Sabía que Eleanor le decía a la gente que ella era su mejor amiga, pero Anna jamás se refería a Eleanor en esos términos, por la sencilla razón de que no era cierto.

Lo que sí era cierto era que Anna pasaba mucho más tiempo con Eleanor del que le gustaría pero, como era la hija del segundo matrimonio del padre de Alexander, estaban siempre juntos en los eventos familiares. Cuando Alexander todavía estaba en Brunswick (una escuela que estaba conectada con la Academia Greenwich), Eleanor siempre intentaba pegarse como lapa, sin preguntar jamás si estaba siendo intrusiva. Y, ahora que Alexander volvía a casa una vez al mes para pasar el fin de semana con Anna, les costaba trabajo encontrar un poco de tiempo para estar a solas. Cuando volvía, él se quedaba en casa de su papá, y parecía que Eleanor siempre estaba ahí.

Durante esos fines de semana, si su padre estaba en la ciudad o de viaje de negocios y su madre también decidía pasar la noche en la ciudad, Anna a veces se quedaba a dormir en casa de Alexander. A su padre no le agradaba que pasara la noche en casa de su novio, y esa era una de las tantas cosas con las que era muy estricto. Su madre solía hacerse de la vista gorda, sobre todo por la alta estima en la que tenía a Alexander. Cuando lo invitaban a ir de vacaciones con ellos, debían dormir en habitaciones separadas, lo que significaba que, si Steven los acompañaba, los dos chicos tenían que dormir juntos. Por este motivo, Anna no permitía de ninguna manera que su novio durmiera en la casa de sus padres, pues temía que los descubrieran. Los fines de semana en los que ella iba a Boston, su padre esperaba que se quedara en el departamento que su compañía poseía en el Copley Plaza, pero nunca lo hacía. Por fortuna, su padre nunca preguntaba al respecto ni tampoco parecía vigilarla de la misma forma en que lo hacía con Steven.

—¡Por fin llegaste! ¡Tengo años esperándote! —gritó Eleanor en cuando Anna cruzó la puerta.

Estaba sentada en la sala de las grandes ocasiones y no se movía de ahí, pues Jon Snow y Gemma no le agradaban demasiado. Siempre que ella la visitaba, Anna tenía que prohibirles a los

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